Hoy, casi dos meses después de salir de la guarida de Mr. Nobody, me he sorprendido a mi misma pensando en que comprarme ropa interior nueva podría enfadarle. Surrealista, pero cierto. Surrealista porque no pienso volver a verle, surrealista porque ya no tengo porqué tener miedo de que piense que hago cosas que no hago, surrealista porque él ya no importa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario